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jueves, 17 de julio de 2014

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Desde 2003, cuando se implementaron los primeros controles, Venezuela se ha mantenido entre los 16 países con la inflación más alta del planeta: ocupó el primer lugar en 2010 y 2013. Pero el año pasado marcó la mayor distancia con sus vecinos; datos del Fondo Monetario Internacional y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestran que el alza de los precios en el país caribeño representa aproximadamente ocho veces el promedio de la región.

Según el FMI, las naciones con las que Venezuela tiene más relaciones comerciales, como Estados Unidos, China, Colombia y Brasil, registraron en 2013 una inflación de entre el 1,2 y el 5,9 por ciento.

Henkel García, director de la consultora Econométrica, explicó que tener un índice de precios tan superior al de los socios comerciales hace que la sobrevaluación de la moneda sea mayor, lo que acentúa las distorsiones internas. "Si nuestros socios tuviesen una inflación parecida, disminuiría la presión sobre el tipo de cambio", afirmó.

La sobrevaluación abarata las importaciones y, por lo tanto, hace que producir en Venezuela sea poco rentable, y mucho menos exportar. Si se le agrega el aumento desproporcionado de dinero en la calle, debido al elevado gasto público, se genera un círculo vicioso que continuará presionando los precios al alza.

Anabella Abadi, economista de ODH Consultores, señaló que en el cuarto trimestre de 1999, por cada bien o servicio producido, existían 18,92 unidades monetarias; mientras que para el cierre de 2013, la relación pasó a ser de 40,3. "Es decir, mientras crece la cantidad de bolívares disponibles en la economía, la cantidad de bienes en el mercado se estanca o crece notablemente menos", explicó Abadi.






"Las tasas tienen que converger porque el paralelo y las situaciones que se han creado son absolutamente inconvenientes", dijo el hombre fuerte del gobierno de Nicolás Maduro en economía.

De todos modos, por el momento no es más que una promesa. Rafael Ramírez no precisó en qué valor se ubicará la divisa estadounidense unificada, ni tampoco se animó a establecer una fecha.

Sólo se limitó a decir que "será un sistema que dará resultados adecuados y convenientes para la economía", según informa El Nacional.

La falta de precisiones hace dudar a muchos analistas de la efectividad que pueda tener el nuevo sistema para controlar la crisis cambiaria que vive Venezuela desde que se exacerbó el control de cambios y la escasez de dólares. A esto se suma que el ministro consideró que los mecanismos empleados hasta el momento fueron positivos y que los nuevos irán el mismo sentido.

Actualmente existen en Venezuela dos formas de conseguir moneda extranjera: los SICAD (Sistema Complementario de Administración de Divisas) I y II. Ambos suponen un complejo entramado de subastas que otorgan las divisas a un precio de equilibrio.

Pero que más allá de sus particularidades, no han dado resultado, ya que la mayor parte de las empresas que deben comprar dólares para adquirir los insumos importados necesarios para producir no están pudiendo acceder a ellos. Como consecuencia, se paraliza la producción y se profundizan la recesión y la escasez.


Venezuela se esfuerza por seguir siendo un país excepcional en todo el mundo. Pero no por las mejores razones.

Que la masa monetaria en circulación esté cerca de duplicarse en sólo 12 meses es algo completamente impensable en cualquier país con un mínimo de estabilidad económica. El crecimiento de la liquidez fue de un 73,3%, consolidando un total de 1,41 billones de bolívares en efectivo, lo que equivale a 223.923 millones de dólares.

Estas cifras, por si era preciso aclararlo, representan un récord absoluto en la historia monetaria venezolana. Y evidencian un desmanejo económico sin igual.

La principal causa es el aumento descontrolado del gasto público, que en el último año creció casi en la misma proporción, un 79 por ciento. Esta herramienta parece indispensable para un gobierno dispuesto a dilapidar todos los recursos del país para acrecetar su poder y su capacidad de control.

Si este modelo de gasto irrestricto, que puso en práctica Hugo Chávez desde 1999, no colapsó antes fue exclusivamente gracias a los exorbitantes ingresos en dólares que producía PDVSA, la petrolera estatal. Pero la gestión chavista fue asesinando lentamente a la gallina de los huevos de oro, que por su manejo ineficiente fue acotando cada vez más su capacidad productiva.

"PDVSA no sólo está entregando la mitad de lo que percibe por venta de petróleo al Banco Central, sino que además tiene un pagaré con el instituto emisor que ya superó 400 millardos de bolívares. Todo ese dinero proviene de emitir billetes sin respaldo para cumplir con el gasto público", explicó el economista Leonardo Buniak, consultado por El Nacional.

Un gasto público insostenible

En los primeros cinco meses del año, el Gobierno de Nicolás Maduro gastó 317.000 millones de bolívares, lo que equivale a unos 50.380 millones de dólares. En el mismo lapso de 2013, los gastos habían sumado 177.000 millones de bolívares (28.130.433.000 dólares).

Si se neutraliza el efecto de la inflación, que el año pasado fue del 56,2%, el crecimiento del gasto público en el período queda en 13 por ciento. El porcentaje es preocupante, ya que en un contexto de alza de precios generalizada, profundizar el gasto sólo puede provocar una aceleración de la inflación.

Mucho más si se tiene en cuenta que la principal fuente de financiamiento de ese gasto es la emisión monetaria, último recurso ante la caída sostenida de las exportaciones y de los ingresos.

Entre los rubros que se llevaron la mayor parte de los fondos, se destaca el pago de salarios y subsidios, las deudas con entes públicos y las transferencias a las regiones del país, según informa El Universal.

Lo grave es que en 2013, descontando el factor inflacionario, se había registrado una retracción del 3% en el gasto. Esto es lo que suele ocurrir a comienzos de todos los años, porque las mayores obligaciones se concentran hacia el final.

Que haya habido un crecimiento tan importante da cuenta del nivel de desproporción alcanzado por el Estado durante los 15 años de chavismo.

El aumento desenfrenado del empleo público es uno de los testimonios más evidentes de este proceso. Actualmente la nómina de estatales asciende a 2,6 millones de trabajadores, consecuencia de las sucesivas nacionalizaciones de empresas y de su posterior uso para repartir favores políticos.

Sólo las erogaciones en salarios sumaron 90.000 millones de bolívares, 60% más que en 2013, cuando habían sido 50.000 millones. Con el pago de aguinaldos y otros rubros, los gastos van a incrementarse aún más en lo que resta del año.

El otro rubro que parece cada vez más difícil de sostener es el de las personas que reciben pensiones y subsidios sociales. Lejos de hacer de estas herramientas un uso temporario hasta que el mejoramiento de las condiciones económicas permitiera su ingreso pleno al mercado laboral, el modelo chavista las utiliza también con un criterio político.

Por ello, en vez de disminuir, el número de pensionados aumenta. Entre beneficiarios del Seguro Social y de la Gran Misión en Amor Mayor, ya llegaron a 2,5 millones de personas.






Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado -principalmente- por la incapacidad de la persona para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas y por la discapacidad del potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo. 


Para comprender más fácilmente lo expresado al final del párrafo anterior, cabe considerar que “crisis” es una voz médica que tiene su origen en el griego antiguo, siendo provechoso pasearse por recordar que al organismo le toca lograr resultados positivos o negativos; por ejemplo: subir la frecuencia cardíaca o reducirla (según sea lo que convenga) para lograr la homeostasis: el estado de equilibrio activo, pero en ocasiones el sistema corporal puede ser incapaz para lograr lo necesitado, de aquí que se escuche decir que fulano está en “estado crítico”.


Se aproxima mucho a la definición de crisis que se produce en ciencias sociales. Es un periodo de cambio, un punto de inflexión. Por ejemplo, a nivel empresarial, la crisis lleva a un enfrentamiento, a cambios bruscos en cómo se gestionan las empresas; el paradigma de dirección empresarial debe cambiar para adaptarse a la nueva situación, un cambio en el status quo.


Venezuela atraviesa por una crisis social, económica y política sin precedentes en los últimos años. El enfrentamiento y posicionamiento de gobierno y oposición está llegando a límites extremos y las continuas protestas sociales se convierten en un caldo de cultivo de insospechadas consecuencias.
Cuando todos los países de la región, a excepción de Haití (por causas naturales y culturales), se han beneficiado durante el pasado año de un crecimiento en su producto nacional bruto superior al 6%, Venezuela no sólo ha acusado un decrecimiento del 2,6%, sino que presenta el índice inflacionario más alto, superior al 30%. 


El haberse transformado en el país más violento de Latinoamérica (superando a México el pasado año), con enormes déficits en materia de viviendas y un proceso de estatización que por la ineficacia gubernamental está destruyendo la capacidad productiva nacional, un colapsado sistema de salud, un permanente intento estatal de asumir de manera integral la responsabilidad educativa, y la creciente pauperización de la población, además de la sistemática represión a los medios de comunicación, muestran la crisis de un modelo que intenta ser totalitario y militarista.































El Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa, afirmó hoy que el movimiento de "resistencia" iniciado en Venezuela con las protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro hace más de dos meses "augura" una democratización del país.


"En Venezuela hay un movimiento de resistencia (...) y tengo la impresión tienen el respaldo de la mayoría de la población (...) que augura una democratización de Venezuela que tendrá éxitos también en el campo económico", dijo el escritor peruano en una rueda de prensa en Caracas tras dar una conferencia.


Vargas Llosa participó hoy en el seminario "América Latina, la libertad es el futuro", organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), en momentos en que el país suramericano vive una ola de manifestaciones antigubernamentales que se han prolongado por más de dos meses.


El laureado escritor indicó durante su intervención en el foro que lo que ha ocurrido en Venezuela en estas últimas semanas "es un hecho extraordinario que ha causado una enorme emoción y un gran sentimiento de solidaridad en todas las mujeres y todos los hombres de América Latina que creen en la libertad".


También señaló que las caras que representan a Venezuela en América Latina "no son la del señor Maduro ni la de señor Diosdado Cabello (presidente del Parlamento), son la de Leopoldo López, la de María Corina Machado, son la de todos los estudiantes anónimos que en el Táchira (oeste) echaron a correr una bolita de nieve que ahora es una bola gigante que recorre toda Venezuela".














Lider Político Venezolano

Leopoldo López, líder político venezolano cumplió  43 años el pasado 29 de abril, demostró lo que quizás muchos venezolanos tenían tiempo sin ver: que cuando las causas son reales y el miedo en ocasiones pueda estar presente, el compromiso con los ciudadanos permite avanzar y tomar las decisiones correctas por el bien de la Nación.


A Leopoldo López, se le imputan los siguientes delitos: a) homicidio intencional calificado ejecutado por motivos infútiles innobles, b) homicidio intencional calificado ejecutado por motivos infútiles innobles en grado de frustración, c) terrorismo, d) lesiones graves, e) incendio de edificio público, f) daños a la propiedad pública, g) delitos de intimidación pública, h) instigación a delinquir e i) delitos de asociación, a solicitud del Fiscal Nacional 41°: Franklin Nieves Capace.


El acto heroico de Leopoldo López, quién se entregó por unos crímenes que no cometió conlleva a 3 caminos por parte del gobierno:


1) Continuar en su narrativa de que el dirigente de Voluntad Popular, es un golpista, y al haberse entregado confirma su responsabilidad en los hechos del pasado 12 de Febrero. Por lo tanto, para el gobierno es un premio; no obstante ese premio no logrará frenar los problemas económicos que vive Venezuela, por efecto del desgobierno, la corrupción y las malas decisiones en materia de política fiscal, monetaria y cambiar de los últimos años, que terminaron conllevando a una situación de inflación y escasez como no se había visto en los últimas décadas. En Venezuela, el sistema de justicia está altamente politizado y se conoce además la falta de independencia e injerencia de otros poderes. Resultado: el enjuiciamiento y posterior encarcelamiento.


2) La detención temporal para efectos de investigación sobre los hechos del pasado 12F, y sencillamente esperar un tiempo prudencial para liberarlo. Es decir, aquí no pasó nada. Resultado: El regreso de Leopoldo López a la calle sin consecuencias aparentes para el gobierno.


3) Callar (aparentemente) la voz de Leopoldo López, al prohibirle aparecer en actos públicos y declarar a medios de comunicación social. Y dejarlo libre bajo un régimen de presentación y prohibición de salida del país. Resultado: Leopoldo López sin voz aparente, pero no sin calle.





























































2 comentarios:

  1. Hola, me parece muy interesante este blog pero me gustaría más información de economía

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  2. Hola, claro pronto estaremos colocando más información

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